El jurado ha considerado que el Pla se inscribe en la mejor tradición del urbanismo municipal atento a la morfología y a la dimensión estratégica, que supuso un amplio reconocimiento del urbanismo español en los años ochenta. Pero además aborda en profundidad y con especial maestría problemas muy relevantes, como coser y articular desarrollos urbanos fragmentados e inconexas; integrar y dotar de urbanidad un conjunto bien complejo de infraestructuras; optimizar las oportunidades disponibles, completando y renovando tejidos urbanos y planteando intervenciones clave; completar los espacios libres, reestructurando la movilidad y definiendo el nuevo borde de la ciudad; preservando e integrando los recursos patrimoniales en el proyecto de ciudad.
Este premio reconoce el ejercicio profesional del arquitecto, desde el proyecto de obra pública a la intervención de escalera territorial, pasando por proyectos de ordenación urbana, estrategias urbanísticas o planes de ordenación municipal.