Categorías
Personal

Hola 2024

Pues… ya estás aquí.

Sabía que llegarías. Y la fecha y la hora. Y a pesar de ello, cuando has llegado no he podido evitar cierto sobresalto: vaya… Ya estás aquí…

Hace tiempo que pienso en ti. En tus días he proyectado muchos deseos, y lamento comunicarte que las expectativas que tengo depositadas en lo que debe venir contigo son altas.

No sientas presión. Al fin y al cabo tú poco puedes hacer. Depende mucho más de mí que de tí.

De verdad que no es culpa tuya. Muchas de las cosas que me he propuesto que pasen contigo vienen de lejos. Algunas tendrían que haber pasado con tu tatarabuelo o con tu bisabuelo, o incluso antes. Y o no pasaron por mi culpa o no pasaron por la falta de empatia de tus antecesores, que se empeñaron en que algunos de sus días tuviesen aspecto de meses. Y algunos de sus meses, aspecto de años.

Me conformo con que permitas que las cosas sucedan con normalidad, sin saltos de obstáculos, pandemia, crisis, accidentes, enfermedades… Me haría muy feliz que te comportases con un punto de mediocridad. Permitiendo muchas mañanas normales, de madrugar y trabajar. Dejando que las tardes transcurran con la sencillez de la rutina. Solo esperando a que acaben para dar paso a noches de descanso y recuperación.

Si tú renuncias a la tendencia al dramatismo de algunos de tus antecesores, si renuncias a tener muchos momentos estelares, de sorpresa y urgencia, de preocupación sobrevenida y horror y miedo, yo prometo aprovechar tus solsticios, tus meses, tus semanas, días y horas, porque durante tu tiempo de vida me he propuesto que pasen cosas importantes.

Fíjate que no te pido grandes cosas. Sólo que me dejes un poco en paz. Que me dejes trabajar y concentrarme en las cosas que me he propuesto. No te lo tomes a mal, pero no quiero que seas un año de los que quiero recordar toda mi vida porque hayan pasado cosas extraordinarias, aunque debes saber que, si llegamos al acuerdo de que me dejes vivirte con un poco de calma, te recordaré toda mi vida como el año en el que pasaron algunas de las cosas más importantes de las que me han de suceder.

Hablaré de ti a los que vengan más tarde.

Les explicaré que en tus mañanas, una a una, se fue fraguando lo que después vendría. Que gracias a tu docilidad y amabilidad, fueron posibles las cosas que después pasarían.t

Te pido el sacrificio de tu renuncia al histrionismo. Que seas el gigante a hombros del cual se levantan el resto de quienes vendrán.

Pero hoy es solo tu primer día. Y me gustaría que te sintieses cómodo con tu llegada. Porque, no lo dudes, no ha de pasar mucho tiempo antes de que comencemos a pasar cuentas.

Tu y yo.