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Enanos a hombros de gigantes

Hoy me viene a la cabeza aquella canción de Moustaki: «Chaque matin j’avale un café crême en lissant des journaux».

Tiempos aciagos para los socialistas. El pueblo soberano ha hablado y lo ha hecho alto y claro, y el resultado no puede ser más claro. Felicidades a los triunfadores y sabiduría y aciertos.

La suma de los votos de los partidos de derechas (PP, CiU y PNV por simplificar) son 12.168.473, mientras que la suma de los votos de los partidos de izquierdas (PSOE, IU, Amaiur i Compromís) son 9.553.140. Una diferencia de casi 3 millones de votos.

Sabiendo todos lo que está en juego, la mayoría ha decidido dar soporte a las fuerzas políticas conservadoras, que mal que bien, ya han presentado (más por intuición que por didáctica) su hoja de ruta para los próximos años. Frente a los recortes en sanidad y educación en Cataluña, CiU consigue la mayoría en las generales. Frente a una anunciada revisión de las pensiones, el modelo territorial y las políticas pasivas de empleo, los ciudadanos han dado una mayoría absoluta al Partido Popular.

Por eso permitidme que hoy me refugie en la figura de Ernest Lluch. Hoy precisamente, cuando se cumplen 11 años de su muerte a manos de la banda terrorista ETA.
Permitidme ese receso momentáneo hacia la figura de alguien que fue el primer ministro de sanidad de nuestra joven democracia entre 1982 y 1986 y puso las bases del sistema universal de salud del que mal que bien hemos disfrutado al menos hasta ahora.

En Montmeló quisimos hacerle un homenaje dando su nombre a una plaza. Precisamente la plaza donde se encuentra nuestro Centro de Atención Primaria. Ese mismo centro que ha visto como recientemente se recortaban las asistencias sanitarias de urgencias y que sabe Dios qué otras noticias recibirá todavía en los próximos meses.

El monumento tiene forma de estrella y simboliza la Estrella Polar. Unos olivos plantados en la plaza completan la forma de la constelación.

Este año, como cada año, un reducido grupo de ciudadanos se acercará a ese monumento el día del aniversario de su muerte para tener un recuerdo con Ernest.

Deberemos inspirarnos en hombres como Ernest en los próximos tiempos. Deberemos bajar la vista hacia los gigantes a los hombros de los cuáles intentamos avanzar.

Sólo así, tal vez, volvamos a encontrar la senda que nos quisieron señalar, con un dedo, hacia la espesura, hacia donde no se ve nada.

Sólo así, tal vez, haya más gente dispuesta a seguirnos en ese camino.

Blog de Pere Rodriguez